El sol crecía, y nada, era suficiente,
El cielo, opaco mis deseos, y la lluvia comenzó,
El claro pensamiento, se torno turbio,
Y mis anhelos, murieron, en ese instante,
Todo fue gris, todo se apago, todo agonizaba
Pero mis deseos, de seguir, viven aun,
Mis lágrimas, pueden secarse,
Otra nube, en mi cielo gris,
Otra mancha, en mi alma mortal.
Otra mancha, en mi alma mortal.
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